Lugo
Lugo es una gran ciudad de cerca de 100.000 habitantes con más de dos milenios de historia: tres veces registrada en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO con su Muralla romana, con el Camino Primitivo y con su Catedral. Imprescindible es el paseo por el adarve de la muralla romana, monumento único en el mundo, pues es la única en todo el territorio del Imperio que conserva íntegro su perímetro. Un paseo de algo más de dos quilómetros permite ver el centro histórico desde el alto. El viajero que conozca algunas de las bellas murallas medievales de Europa quedará sorprendido por la fortaleza de esta muralla romana, mucho más ancha y masiva, de granito y pizarra negra, que conserva casi ochenta cubos o bases de sus primitivas torres semicirculares y cuadradas.
Otro de los deleites de Lugo es la visita a la catedral, un gran templo esencialmente románico y gótico, pero con partes renacentistas y barrocas de gran belleza y armonía, entre las cuales destaca la capilla de la Virgen de los Ojos Grandes, obra maestra del arquitecto compostelano Fernando de Casas Nóvoa, o el altar mayor con las bóvedas decoradas por impresionantes pinturas.
La Plaza Mayor, rodeada de notables edificios de diversas épocas, tiene en su cabecera la Casa do concello, obra del arquitecto Lucas Ferro Caaveiro, considerada como una de las más bellas obras del barroco civil gallego. Pero aparte de los monumentos singulares, el Lugo histórico es un gozo de plazas y calles que conviene recorrer despacio. Y debemos reservar algún tiempo también para los museos. Por un lado, el Museo Provincial, en el que podemos admirar entre otras cosas una soberbia colección de orfebrería prerromana. La Domus de Mitreo, la Casa de los Mosaicos o Domus Oceani; el Centro Arqueológico de San Roque, con restos de una necrópolis romana; la Sala Porta Miñá, con numerosos testigos arqueológicos del Lugo romano, y el Museo Interactivo de la Historia de Lugo, impresionante edificio vanguardista enterrado en el Parque de la Milagrosa. Y más allá da Ponte Vella, o Barrio da Ponte, formado alrededor del antiguo lazareto fundado ya en la Edad Media, por el que pasa el Camino Primitivo de peregrinación a Santiago. El Barrio da Ponte, extraurbano pero fuertemente vinculado a la ciudad, bien pmerece un paseo, porque Lugo es mucho mundo y el Miño es mucho río. Además del Mera, el río de los molinos, al lado del cual hay rutas de senderismo.
En la cuenca alta del Miño y una pequeña proporción de su cuenca media, así como sus bordes montañosos, fueron declaradas por la UNESCO Reserva de la Biosfera, y también actualmente la segunda mayor extensión de España.
No hablaremos de gastronomía, pero no la olvidamos. Hay un viejo refrán que reza «Y para comer, Lugo». Es verdad: los magníficos productos del campo y del mar de Galicia se ennoblecen en Lugo con excelentes preparaciones, tanto tradicionales como modernas, tanto en los restaurantes de lujo como en los más populares. Y con la posibilidad de degustar los grandes vinos gallegos, blancos y tintos, que en los últimos años se pusieron al nivel de los mejores del mundo.
Alternativas pensadas en un turismo de naturaleza y sostenible: un turismo que sea sensible, no agresivo con el territorio. Lugo camina cara un ecoturismo, un turismo relajado.
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